Un guardián de las tradiciones, la identidad nacional y el pueblo 

Se inauguró en Fighiera una escultura iconográfica sobre el sujeto tradicionalista llamada “Los Guardianes de Fierro”. Se trata de una obra colectiva hecha con donaciones que iban desde tuercas a todo tipo de fierros que aportaron los vecinos de la localidad

M.G.

Cada 10 de noviembre celebramos en nuestro país el Día de la Tradición en conmemoración del nacimiento, ocurrido en 1834,  del poeta, político y periodista argentino José Hernández, autor de El Gaucho Martín Fierro, obra cumbre de la literatura nacional, que fue publicada en 1872.

En este marco, la gestión de Rodolfo Stangoni junto a la secretaría de Cultura de la Comuna de Fighiera, decidió homenajear el aporte cultural y social del gaucho en nuestra identidad nacional con el emplazamiento de la escultura “Los Guardianes de Fierro” en el acceso sur de la ciudad, obra construida colectivamente y dirigida por el artista plástico Raúl Carrizo.

“La feliz idea surgió del grupo Tradicionalista Unidos, paisanos tradicionalistas independientes o pertenecientes a algunas agrupaciones articulados por la Secretaría de Cultura de Fighiera como una decisión política cultural del gobierno comunal. Esta idea consistió en la necesidad de elegir un monumento que representara la tradición argentina. Se encargó la tarea de proyectarlo al artista Raúl Carrizo, quien se desempeña como profesor en los talleres de cultura.

Esta obra representa al paisano que trae al caballo ingresando al pueblo. En el corazón del paisano, semioculto, se ha representado un rancho, su hogar, el lugar donde lo espera su familia, ese corazón que late alegre ante el regreso y ante el pronto encuentro con sus afectos más queridos. A ese hogar y a ese ese pueblo donde vaya, siempre anhelará volver. Porque este monumento se llama el Guardián de Fierro, porque el paisano y el caballo criollo, construido de hierro, representan la preservación de la tradición del Martín Fierro”, manifestó el presidente comunal Rodolfo Stangoni durante la inauguración de la obra.

La obra es el resultado de un trabajo colectivo donde los vecinos y vecinas donaron chatarras y otros materiales para su construcción y se convocó a soldadores independientes y alumnos del taller de herrería de la comuna y personas del pueblo que se acercaron a cortar, soldar y montar esta escultura inspirados en un espíritu colectivo de camaradería.

Se utilizó como base logística el galpón del ferrocarril y el 17 de octubre se empezó a soldar la estructura. Luego de tener consolidada la base de cemento, el sexto día de trabajo se empezó la estructura en este lugar. Se montó un campamento de trabajo y se trabajó desde el mediodía hasta las diez de la noche. Cada noche fue un evento donde se prepararon comidas típicas y se narraron historias camperas, siempre con el apoyo personal de la comuna y la secretaría de Cultura, a cargo de Leonardo Lenci.

Una obra construida con muchos pedacitos

El arte es un compromiso, en primer lugar, individual, en el que el creador, con sus conocimientos y técnica desarrolla su creación. Pero, por otra parte, también posee un compromiso social que rompe con los límites que impone el mercado y el interés económico y lo constituye en un acto de creación colectiva.

Raúl Carrizo destacó el valor colectivo de la obra que emerge en un compromiso social, en un discurso político con su gente: “Esto no es una idea mía, esto es un sueño mío que discutimos con Leonardo Lenci;  que le propusimos a los tradicionalistas y del que se enamoró Rodolfo Stangoni. Cada uno de los que vino al galpón cada noche se apropió de esta obra con su trabajo. Hoy que se cuestiona tanto el colectivismo, la comunidad, el asociarnos; hay que rescatarlo porque no hubiese sido posible si no nos juntábamos. Aquel que trajo la tuerca, los chicos de soldadura que vinieron a aprender y le pusieron muchas ganas, cada uno de los que vino a sugerir algo de su saber y de los que aprendí.

Pero también esta obra fue construida con muchos pedacitos y es intencional. Porque justamente cada uno de los que pasa por acá va a poder decir que aportó una parte para la escultura. Algunos van a decir que donó tal cosa y no está en la escultura. Pero muchas de esas partes están en el corazón de lo obra y es lo que la sostiene. Sin esos fierros, la escultura se caería. Entonces es fundamental eso y cada soldadura bien hecha. Cada uno de los que participaron cortando chapa, soldando, donando hierros o chatarras, fue parte fundamental para lograr algo hermoso para la localidad” manifestó.

Por último, el secretario de Cultura de la Comuna de Fighiera, destacó el valor simbólico de la escultura en su dimensión histórica y cultura, en conmemoración a las tradiciones gauchescas de nuestra pampa húmeda y puntualizó en la dimensión colectiva que generó la construcción de la obra: “A veces lo más difícil es entenderse, comprenderse. Uno dice una cosa y otro entiende algo distinto. Pero acá todos entendimos de qué se trataba. No vinieron de curiosos. Vinieron porque entendían el mensaje. Esto es para todos los vecinos y vecinas. Es el guardián de Fierro. Es el guardián de nuestras tradiciones, de nuestra identidad nacional y de nuestro pueblo”.

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